Actualidad
4 de octubre de 2023
¿VIOLENCIA OBSTÉTRICA?
Estas prácticas, aumentan los índices de cesáreas innecesarias, o medicalización excesiva del parto, donde se utilizan intervenciones médicas sin tener en cuenta las necesidades, sólo por deseos de la mujer, en otros términos, sin indicación médica
La violencia obstétrica describe la vulneración de los derechos reproductivos y la necesidad de garantizar una atención de calidad durante el proceso de gestación, parto y postparto de las mujeres, evitando prácticas violentas, abusivas o negligentes, como insultos, maltrato físico o verbal, ausencia de consentimiento informado, intervenciones innecesarias, negación de atención médica adecuada y discriminación por motivos de género. Afectándose tanto a la salud física como mental de las mujeres y eventualmente tener consecuencias negativas para sus recién nacidos.
Se trata de un problema social que implica medidas para promoción del respeto, la autonomía y los derechos de las mujeres durante la atención perinatal como manifestación de los derechos humanos, asimismo la sensibilización y capacitación del talento humano en salud.
Con la entrada en vigencia de la Ley 2244 de 2022 de parto digno, respetado y humanizado, el legislador colombiano ha optado por una política pública sustentada en factores socioculturales y de género con la intención de prever la violencia obstétrica, a pesar de que no se hace referencia de manera expresa al concepto, sin duda se refiere a las prácticas que conducen al mismo al “reconocer y garantizar el derecho de la mujer durante el embarazo, trabajo de parto, parto, posparto y duelo gestacional y perinatal con libertad de decisión, consciencia y respeto; así como reconocer y garantizar los derechos de los recién nacidos”.
Se pueden identificar varios tipos de manifestaciones de violencia obstétrica: no permitir un acompañante en el trabajo de parto, maltrato verbal o psicológico, reproches, críticas y comentarios inapropiados, partos y cesáreas innecesarias, desatención o abandono, violación de la privacidad y el consentimiento, controles rápidos y deshumanizados.
Con este tipo de comportamientos puede llegarse a vulnerar la autonomía de la mujer, es llamativa, una idea que se viene observando en la praxis, en mi criterio totalmente equivocada, la cual consiste en que las mujeres tienen el absoluto derecho a decidir cómo quieren su parto, qué intervenciones aceptar y qué rechazar. Sin embargo, son los profesionales de la salud quienes tienen el conocimiento científico y de acuerdo con la lex artis y la indicación médica a tomar la mejor decisión.
Estas prácticas, aumentan los índices de cesáreas innecesarias, o medicalización excesiva del parto, donde se utilizan intervenciones médicas sin tener en cuenta las necesidades, sólo por deseos de la mujer, en otros términos, sin indicación médica.
Este tipo de violencias tienen varias consecuencias legales para el equipo médico tratante, la EPS e IPS, frente al primero responsabilidad ético profesional (Arts. 10 y 11 de la L. 23 de 1981) y responsabilidad penal (Arts. 111 lesiones y ss.; 122 aborto, 182 constreñimiento ilegal y 220 injuria), en el caso de las EPS e IPS (Derecho administrativo sancionador ante las secretarías locales y departamentales de la salud o en la Superintendencia Nacional de Salud) y en conjunto (Justicia ordinaria civil o contenciosa administrativa dependiendo del carácter público o privado de la entidad), o como lo viene a recordar la Ley 2224 de 2022 en su Art. 12: “Sanciones. El incumplimiento de las disposiciones de la presente ley por parte de los agentes de salud, sus colaboradores o de las instituciones en que éstos presten servicios, será considerado como falta a los fines sancionatorios, de conformidad con los procesos establecidos por la Superintendencia de Salud, sin perjuicio de la responsabilidad civil, ética o penal que pudiere corresponder”.
Para finalizar, no debemos olvidar que esta problemática se centra en la perspectiva de las mujeres como víctimas de violencia obstétrica, dejando de lado otras posibles víctimas, como los profesionales de la salud que también pueden ser violentados en el ámbito obstétrico, lo importante sería lograr un diálogo entre los diferentes actores involucrados.