Departamento de Derecho Penal y Criminología

Actualidad
13 de septiembre de 2023

¡La justicia en Colombia de mal en peor!

Vamos por el camino correcto, cada uno actuando con lealtad, estudio, seriedad avalará el crecimiento y fortalecimiento de nuestra Justicia

Por: William Torres Tópaga, docente investigador

Cada día es más común oír este tipo de frases en todos los círculos de las personas que nos rodean. Los fenómenos delincuenciales que son noticia de manera permanente nos llevan a mirar, cuestionar y culpar al sistema penal, casi siempre como una búsqueda desesperada de respuestas a esa grave situación.

El clima político, también es otro factor para sustentar y enfilar en contra de la administración de justicia, dependiendo el “bando”, si es de derecha o de izquierda y el momento o esquina de poder en que se ubique el comentarista.

El escepticismo, el pesimismo y sobre todo ese común denominador de ver solo lo malo, esperando que se empeore, es una constante en muchos colombianos.

Pues bien, sin ser utópicos o estar alejados de la realidad, simplemente sustentado en informaciones y hechos objetivos, podemos afirmar sin ningún tipo de duda, que nuestra justicia desde la constitución de 1991 ha cambiado, ha mejorado y ha estado en constante revisión y crecimiento, siendo este uno de los factores que ha permitido consolidar una imagen sólida institucional de nuestro país, destacándose frente a sus vecinos suramericanos.

Comenzando con el famoso proceso 8000[1], hoy en boga de muchos por las evidentes similitudes con el proceso que se adelanta por la presunta filtración de dineros ilícitos en la campaña del actual Presidente de la República.

Ese comienzo, acabo casi de tajo, con una frase común en los colombianos, “la justicia es solo para los de ruana”, sometiendo a la justicia penal a altos funcionarios y miembros “prestantes” de la política, la administración y la sociedad.

Luego vino el paramilitarismo, escenario en el que la justicia llegó a su cúspide apuntando a los vínculos entre esta delincuencia y la política, condenando a los funcionarios públicos vinculados con esos grupos ilegales, desde el director del DAS del momento, pasando por congresistas, gobernadores, alcaldes, diputados.

Los graves escándalos financieros, hasta llegar a la más importante empresa comisionista de bolsa, vieron como condenaron a sus directivos y funcionarios por algunos de los delitos que cometieron.

La corrupción quizá el peor mal que nos azota, se ha llevado consigo a altos funcionarios, públicos y privados, a empresas multinacionales del crimen alrededor de las cuales continúan las investigaciones.

El conocido cartel de la toga, si bien la primera sensación es de vergüenza; la justicia investigó, procesó y condenó a un Fiscal anticorrupción, un exgobernador, congresistas, y exmagistrados de las altas cortes.

Los jueces apoyados en su equipo de trabajo han investigado y procesado a las personas más importantes políticamente en nuestro país, actuando con independencia con su única herramienta: la Constitución y la ley.

La JEP, ha tenido resultados que no se habían presentado en la historia judicial de nuestro país. La aceptación de responsabilidad de los jefes de la guerrilla y de los militares por los graves delitos cometidos ha sido una situación excepcional judicialmente y un avance en términos de verdad.

Claro no se puede desconocer sus fallas: la politización, la falta de igualdad, la mora en sus decisiones, la cifra de impunidad y otros defectos imposibles de ocultar. Tampoco desconocer los graves problemas de nuestro país ajenos a la rama judicial, como la inseguridad ciudadana, la desigualdad social, entre otros.

Se encuentra en constante mejora, contamos con funcionarios, serios, con altas calidades, fiscales, jueces y magistrados preparados, con amplia formación y experiencia.

Vamos por el camino correcto, cada uno actuando con lealtad, estudio, seriedad avalará el crecimiento y fortalecimiento de nuestra Justicia.


[1]Se Investigó al presidente del momento, por la infiltración de dineros del narcotráfico en su campaña. Condenó a su tesorero, a varios miembros de su posterior gabinete, congresistas. Fue el comienzo de la labor de la recién creada fiscalía general de la Nación.